jueves, 17 de septiembre de 2009
lunes, 14 de septiembre de 2009
sábado, 12 de septiembre de 2009
¿De qué va la película?
INTERRUPCIÓN SOSPECHOSA E INEVITABLE DESDE QUITO
(Ahora sí)
Pero otras cosas me distraen, como la canción de Janis, I’m gonna try, o el vaivén del cuerpo como un oleaje sobre las teclas de la computadora, en un barco, o la Nati diciéndome que, mientras yo hablaba con Oswaldo por el teléfono, Juanita había entrado a la casa (la música
Mierda. Llaman al tenéfono. Por qué no me dejar terminar de escribir una idea, y ya viene algo asaltándome, ni siquiera había terminado lo de Juanita y ahora el teléfono, ¡y seguro que quieren hablar con nosotras!, ¿Oswaldo de nuevo?, pero ya ha sonado durante demasiado tiempo y ahora para, silencio, quizás atendió Juanita, quizás la llamada quedó perdida en tiempo y espacio.
Digo que Juanita, cuando abrió la puerta de la habitación, nos encontró por los techos, los ojos como puntos suspensivos sonrientes, los brazos caídos, la boca de sandía que se avergüenza, la ropa arrugada, los movimientos medio espasmódicos, esa manera de reaccionar con risita de estúpido y una seriedad absoluta a continuación, ¡inténtalo!), y al entrarella, yo salía, pues ella venía a decirme que me llamaba Oswaldo por el teléfono, y cuando se habían quedado las dos solas (Nati se levanta, con efectos retardados a bajar la música, la Janis se encuentra un poco más lejana, y todaVÍA UN POCO MÁS, SU VOZ se convierte de pronto en una hormiguita que habla con las antenas y ahora, cara a cara, por momentos Nati piensa que Juanita puede ver más allá, le había dicho, como si todo fuera normal, ¡como si todo fuera normal!, que cerrara la puerta al marcharse. Claro que Nati no se acuerda de cuál es la llave y no está segura de si Juanita se refería a la puerta del portón o a la de la casa. Pero el caso es que acá nos hemos quedado porque ya volvió a sonar el teléfono (allá cuando me interrumpió un par de párrafos más atrás), y ninguna atendimos, y no sabemos si dejó de sonar porque Juanita atendió, o porque la llamada quedó perdida en tiempo y espacio.
domingo, 6 de septiembre de 2009
Biología automática (alegre espectáculo)
Entramos a la selva del Manu el mismo día en que murió Michel Jackson. Claro que de la noticia nos enteraríamos casi una semana después, en la cocina de Mama Lucha (plátano frito, yuca, arroz), porque mientras el rey del pop moría en su mansión nosotras nos alejábamos de Cuzco a un ritmo frenético, como si alguien nos persiguiera, o como si el Manu tirara de nosotras con una de sus lianas. Pasado Paucartambo, la dinamita, con su nuevo dinamito Markus el motorista intrépido, deja atrás el frío para sumergirse en una burbuja de verdes cálidos como recién pintados y entonces Terrakota a todo volumen y camino de piedras adentrándose, adentrándose, y los ojos como en un documental imparable (ire como camarógrafa intransferible, blacky como reportera irremplazable), con todos ustedes el tigre de bengala, peripecia máxima, la selva indómita. En Pilcopata empiezan los mosquitos, las noches húmedas y lo que es más emocionante: los ríos. No esos ríos de ¡Mira, allá, un río, qué bonito!, sino más bien: ¿Ves ese río allá abajo?, por ahí va la carretera…digo, el rootscamino, eso es, hay que atravesarlo. Una hora más abajo, Tonino Carotone, la negra renuncia a pasar con la dinamita como si fuera un yellow submarine, así que Nati saca su carta de Capitana y mete primera mientras nosotras grabamos desde atrás gritando Conchadetumadre, conchadetumadre, y veinte segundos más allá habíamos pasado el primer río, el más grande, hip, hip, hurra, y bailábamos con tabaquito en mano, Por qué voy a creer yo en el amor, con las montañas verde botella, verde bicho, verde moco, verde flúor, verde espinaca, verde loro, verde mar, verde semáforo, verde marciano, verde palmera, verde sandía, verde imposible de tan verde. Y yellow dinamita dando saltitos con cada piedra hasta llegar a Salvación, donde nos encontramos con Mamá Lucha y Maritza en Chaska Wasi, y es como si nos estuvieran esperando.