sábado, 18 de abril de 2009

Todas las hojas son del viento


Tras el trasplante de órganos, la Dinamita está más poderosa que nunca. El motor ruge como si llevara un león adentro y a velocidad de veinte kilómetros por hora se alejan los viajeros por la Ruta 5, en una subida de pendiente 60º, con una fila de autos atrás que va aumentando cuando empieza la zona de curvas. En el interior de la nave se escucha música de desafío, Beirut con todos sus instrumentos, y delante dos conductoras triunfantes cantando, creyéndose parte de la orquesta, y Asier que asegura que se baja pasada La Serena pero que deja pasar el desvío en silencio y nadie le dice nada porque ya todos sabemos que llagará al final del Valle del Huasco. Los monitos animados duermen atrás soñando aún con pistones y filtros de bencina, los mejores mecánicos. Irene, que poco a poco va desprendiéndose de su elegante acento argentino y se le salen los conchetumare, bakan, caleta, va tejiendo mientras mira con ganas el baúl del tesoro lleno de manjares deliciosos, reskatados al más puro estilo Yo Mango. Pero en el Huasco nada de mangos exóticos (Nati sigue su búsqueda hacia el afrodisíaco) ni vendimia de uvas endóticas (nueva palabra que sirve para definir algo exótico para uno pero típico del lugar), así que después de ciento veinte curvas y un camino de tierra, la Dinamita se vuelve 4x4 y llegamos a Conay. En Conay, oasis de cipreses y nogales entre montañas desérticas color de oro y de piel, pasarán cosas asombrosas. Asier se transformará en un verdadero primitivo con taparrabos y pluma parada en la cabeza, que convocará a los personajes a una reunión frente a un fuego rodeado de ochenta y ocho piedras, donde las palabras saldrán sin miedo como flechas, Las cosas claras y el chocolate espeso, como decía mi amiga la Gastaldi, así que los sentimientos digiriéndose junto a los garbanzos, mezcla explosiva, combustible directo a la vena, viento que se lleva las hojas secas. Karim Said Abdul de las Arabias quiere volver a Santiasko con Asier, está enamorado y Ella está en la Granciudad, así que decide ir a buscarla. Las tres locas junto a David pondrán rumbo inmediato hacia Antofagasta, donde la Negra de Bronx espera y espera y se va desinflando como si en invierno un balón de piscina pinchado en el armario.

1 comentario:

  1. Qué bonito poder seguirte allí donde vayas, peregrina, enterándonos a tu manera de las peripecias que os ocurren y de los personajes que te acompañan.
    Ahora ya te seguiré de cerca.

    Julito, con sabor a sótano de la Calle Ruiz y cervezita en Los Otros.

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